Bondades de la leche

Como indicábamos, la leche ha sido objeto de invenciones varias que ponen en entredicho sus virtudes y generan dudas en la población acerca de su consumo habitual. A continuación, vamos a desterrar falsos mitos de la leche en un ranking de falacias.

La leche engorda.
Uno de los falsos mitos más extendidos y, sin embargo, sin veracidad alguna. El azúcar de la leche es la lactosa, por lo que no se trata de azúcares añadidos sino naturales. Y la cantidad de grasa que contiene no es elevada. De hecho, se recomienda consumir entre dos y cuatro productos lácteos al día.

Solo debe tomarse en la niñez.
Esta afirmación es del todo incorrecta. La leche debe tomarse en todas las etapas de la vida. Suprimir este alimento de la dieta supone perderse todas las vitaminas, proteínas, minerales e hidratos de carbono que aporta. Los detractores de la leche aseguran que los animales dejan de tomar leche tras la lactancia y es cierto. Tan cierto como que en la edad adulta les resulta imposible obtener leche para alimentarse. “Dale leche a un gato a ver si la rechaza”.

Las “leches” vegetales son más saludables. 

Ni son leches, ni son más saludables. Son simplemente otro tipo de alimento con propiedades distintas, y en la mayoría de los casos el azúcar es añadido. Sustituir la leche por otros alimentos con calcio como el brócoli, los frutos secos o las verduras verdes es un craso error, pues no aportan tanto calcio como la leche. 

La leche tiene antibióticos.

Puede parecer extraño, pero afirmaciones de este tipo se han visto escritas en medios de comunicación. Es así de simple: las vacas enferman y pueden necesitar antibióticos. Pero una vez terminado el tratamiento, se deja un tiempo prudencial para que los fármacos desaparezcan de la sangre y poder producir de nuevo leche perfectamente apta para su consumo. De hecho, los estrictos controles de calidad obligan a todos los ganaderos y empresas lácteas a analizar de forma sistemática la posible presencia de antibióticos. Por ejemplo, si la leche utilizada para elaborar un yogur los contiene, el proceso de fermentación se ve afectado y la producción se pierde. Así, empresas de calidad premium como Goshua, para garantizar la ausencia de antibióticos, analizan doblemente este parámetro: a la recepción de la leche y con laboratorios internos y externos.

La leche produce malestar digestivo.

Otra gran mentira. Tan solo las personas con alergias o intolerancias deben evitar su consumo. El resto de la población puede tomar leche con total tranquilidad y sin miedo a sufrir ningún malestar. Es más, según el tipo de intolerancia, se puede optar por otro tipo de lácteos como los yogures, cuyas enzimas ayudan a la digestión. 

Provoca cáncer.

No solo no es cierto sino que la leche protege frente al cáncer de colon y recto, según la Fundación Mundial para la investigación del Cáncer. Tampoco produce mucosidad ni es perjudicial para los asmáticos.

De vaca, oveja o cabra. La leche no solo es consumida en vaso sino también en tarros de cristal y terracota como los que ofrece Goshua en forma de yogures y postres. El yogur forma parte de nuestra dieta habitual y es importante para completar la dosis de leche diaria. Yogures cremosos, elaborados con leche fresca, digestivos, probióticos como el de oveja y ricos en calcio.