Leches alternativas

No se sabe a ciencia cierta a cuándo se remonta el consumo de leche de animales domésticos, pero existe la creencia que se ordeñaron vacas 9.000 años antes de Cristo. Además, en la Biblia se hace referencia a alimentos como la leche, la mantequilla y el queso.

Más adelante, allá por el año 4.000 a. C, la civilización griega también informaba acerca de los productos lácteos. Así como los griegos y romanos, que los mostraban como productos básicos en la alimentación de la población.

Entre todos los beneficios que aporta la leche, hay que destacar la vitamina A, relacionada con el crecimiento y la visión; la B1, la B2 y también las del tipo C, D y E. Además de los minerales como el potasio, el sodio, el magnesio, el fósforo y el zinc.

Otra de las ventajas que posee la leche y que necesita nuestro cuerpo son las proteínas, totalmente indispensables para el desarrollo de tejidos y órganos.

Respecto a su contenido en grasas o lípidos, se trata de un alimento rico en grasa saturada, pero de cadena corta y media, cuya absorción es rápida. Por ese motivo, se convierte en grasa buena para las personas con síndrome de mala absorción, problemas en el metabolismo del colesterol o en niños malnutridos.

Se consume desde hace miles de años. Contiene mayor cantidad de ácidos grasos que la leche de vaca, lo que favorece la disminución de los niveles altos de colesterol total y triglicéridos. También reduce las transaminasas altas y ayuda a prevenir enfermedades cardiovasculares.

Por otra parte, las proteínas de la leche de cabra aportan una gran variedad de aminoácidos, entre los que se incluyen los esenciales. La leche de cabra es la elección perfecta para las personas con anemia y osteoporosis, ya que es una fuente importante de vitamina D y calcio. Además, produce menos alergias gracias a su menor cantidad de caseína.
Nuestro yogur de leche de cabra se elabora con leche fresca de proximidad, que en un máximo de 48 horas desde su recepción, se convierte en un delicioso yogur que mantiene todas las propiedades y toda la mejor frescura. Cremoso, sabroso y especial.

Otra opción es la leche de oveja. Se trata de una leche muy digestiva, al igual que la de cabra, gracias a su alto contenido de triglicéridos. Pero si hay un beneficio que destaca por encima de todos es el gran porcentaje de calcio que posee y, aunque tiene el doble de grasa que la de vaca, es más baja en ácidos grasos saturados, con lo que el balance nutricional es realmente positivo.

La leche de oveja es recomendable para las personas que tienen problemas de anemia, por su acción antiinflamatoria y su alta vitamina A , que es fundamental para el fortalecimiento del cabello.

Nuestro yogur de oveja es un extraordinario probiótico. Se elabora con la mejor leche fresca de oveja del Pirineo. En su versión natural, o con un toque de vainilla de Madagascar, sorprende por su textura tersa y por su sabor suave y auténtico.