El otoño es una revolución en nuestra despensa que se llena de productos de temporada que saben a calor de hogar. Una época marcada por un cambio de ritmo que invita a la pausa.
Con la llegada del frío, nuestro cuerpo nos pide instintivamente alimentos más calóricos y reconfortantes, ricos en vitaminas y grasas saludables. Este fenómeno no es casual: es una adaptación evolutiva para reforzar nuestras defensas antes del invierno, buscando fuentes de energía de mayor duración en nuestro organismo.
Esta temporada nos regala un abanico de sabores y texturas que son auténticos tesoros nutricionales. Navarra es tierra de contrastes; el bosque y la ribera aportan a esta despensa ingredientes con una calidad y sabor excepcional.
En esta época no pueden faltar las nueces de Navarra, de extraordinario sabor y una fuente concentrada de grasas saludables omega-3, vitales para la salud cardiovascular y cerebral.
Los Pimientos del Piquillo de Lodosa son un clásico de temporada. Con Denominación de Origen Protegida (DOP), se caracterizan por su sabor dulce, carnoso y textura consistente. Ideal como guarnición para carnes y pescados o en una rebanada de pan tostado a fuego y con un chorrito de Aceite de Oliva Virgen Extra de Navarra.
Las alcachofas de Tudela, cultivada bajo la Indicación Geográfica Protegida (IGP), son ricas en fibra, antioxidantes y minerales. Su textura tierna y sabrosa hace las delicias de los gastrónomos.
Con sus extensos hayedos y robledales, Navarra es un territorio micológico de excelencia. Sus bosques son un auténtico paraíso para la recolección, donde se encuentran joyas culinarias como el hongo de roble, la singular trompeta de los muertos, el apreciado rebozuelo y la exquisita carbonera. Y no hay que olvidar otros productos de temporada que nos acompañan durante esta época para satisfacer al paladar…
Calabazas y boniatos. Ricos en betacarotenos, fortalecen la salud ocular y el sistema inmune. Su dulzor los hace perfectos para postres y purés.
La castaña, que más que un fruto seco, es un carbohidrato complejo, bajo en grasa y rico en fibra, que nos proporciona energía de liberación lenta.
El higo, membrillo y la manzana asada aportan fibra que ayuda a la digestión. La manzana asada, combinada con canela y miel, es un remedio tradicional que alivia malestares invernales.
El jengibre es conocido por sus propiedades antiinflamatorias y digestivas, y la canela ayuda a regular los niveles de azúcar en sangre, clave al combinarla con postres.
Nuestros Yogures del Pirineo, con su textura y sabor natural, se convierten en la base perfecta para integrar estos tesoros de temporada. El secreto está en jugar con las distintas leches ya que aportan un perfil nutricional y de sabor diferente.
Yogur del Pirineo
De sabor suave, familiar, textura cremosa y elaborado con leche de vaca fresca del Pirineo. Es el lienzo más versátil para combinar con cualquier producto de temporada.
Si le añadimos una cucharada de calabaza y unas nueces de Navarra, se convertirá en nuestra merienda preferida del otoño.
Y si queremos sorprender, con un puré de calabaza asada, nueces picadas, unas gotas de miel de romero navarra y todo elaborado con yogur del Pirineo, nos vamos a coronar como los reyes del otoño.
Yogur de Oveja
Más cremoso y con un sabor más intenso y dulce. Es el que tiene un mayor aporte de proteínas y calcio. Marida de maravilla con la castaña cocida, la miel y el membrillo. Así que ya tenemos otro postre de otoño sencillo, pero con sabor a gloria.
Yogur de Cabra
Tiene un toque más ácido y ligero. Combina muy bien con los sabores especiados. Si le añadimos manzana asada con canela, un rallado de jengibre fresco y unos higos, obtendremos un contraste ácido-dulce inolvidable.
Ingredientes:
Preparación: