Navidad en Ultzama

El paisaje es, por sí mismo, suficiente motivo para visitar este rinconcito navarro. Por eso, es recomendable empezar visitando el bosque milenario de Orgi. 80 hectáreas de robles primitivos y que ha sido declarado Área Natural Recreativa. En Navarra hay 47 árboles monumentales que vale la pena visitar si estáis de paso. Además, en estas fechas, cuando nieva, es un paraíso para hacer muñecos de nieve con los más pequeños o hacer senderismo. El puerto de Belate es uno de los lugares preferidos de los navarros para dar paseos y contemplar ciervos y restos de calzada romana.

Las setas también tienen su hueco en otoño: este enclave es un paraíso micológico regulado para evitar la masificación. Un producto gourmet que atrae a muchos turistas gastronómicos.

Porque la Ultzama, que es como los navarros llaman a este precioso valle, también conquista por el paladar. Sus carnes, sus quesos tradicionales de oveja que recuerdan a tiempos pasados, o su postre emblemático: la cuajada, elaborada 100% con leche fresca de oveja. En Goshua nos ceñimos a la tradición en continente y contenido, por eso, servimos la cuajada en su tarro de terracota. No hay restaurante en este valle donde no podáis degustar este postre tan suyo que se elaboraba en el ancestral kaiku de madera de abedul.

Y para los amantes de la miel artesanal, la Casa Museo de la Apicultura de Eltso es otro lugar de gran valor cultural y gastronómico. La miel, y todos los productos que las abejas nos regalan nos han acompañado a los humanos desde la prehistoria. No es casualidad que combine a la perfección con nuestros quesos, yogures y cuajadas. Una cucharadita, ¡y al paladar!

Todos y cada uno de ellos merecen una visita. 14 son los concejos que conforman el Valle de Ultzama. No te pierdas las casas blasonadas de Eltso, Gerendiain o Zenotz, los cascos antiguos de Iraizotz, Auza, Eltzaburu y Arraitz, o el caserío de Ilarregi. En clave sacra, la iglesia de Urritzola-Galain, el Monasterio hospital y las tallas marianas de Belate o la pila bautismal de Larraintzar, capital del valle. 

Durante las vacaciones de Navidad, el ayuntamiento organiza actividades culturales, deportivas y talleres para los niños y jóvenes. Ciencia, repostería, talleres creativos, experimentos y sesiones de cine. Pero sin duda, el gran atractivo para ellos es la Granja Escuela. Con actividades para conectar con la naturaleza. Aprenden a hacer cuajadas, quesos, jabones, a trabajar lana que se procede del esquileo de las ovejas latxas…Es toda una experiencia que les acerca de verdad a la vida de una granja, y sus diferentes animales, a los que también pueden dar de comer y cuidar.