ARTESANO
Artesanos como el uztaigille (que fabricaba collares de madera para las cabezas de ganado), el ioargille (dedicado a los cencerros) o txoklero (especializado en zuecos a almadreñas), entre otros muchos. Auténticos artistas que, con sus manos, elaboraban un sinfín de utensilios que se empleaban en otras tantas profesiones.
Algunos artesanos continúan trabajando, si bien sus productos, verdaderas obras de arte, están destinados básicamente a la decoración.
El oficio de kaikuegille, que en su día vendía en mercados por la demanda, pervive hoy por hoy de forma testimonial. Fabricantes de recipientes de madera, su actividad iba de la mano de las necesidades de los pastores.
Su oficio requería, y requiere, de gran destreza y dedicación. Con la madera de abedul como materia prima fundamental, su trabajo empezaba mucho antes de dar forma a la madera.
El primer paso era respetar la época de corte y la fase lunar, pues eran factores que influían directamente en el resultado del producto final. Si no se tenían en cuenta, era mucho más probable que la madera se abriera o incluso que sufriera el ataque de las polillas.
A partir de ahí daba comienzo un largo proceso en el que, tras cortar los troncos en trozos del tamaño de los recipientes, se les daba forma sobre el banco de trabajo con diferentes herramientas. El refinado y secado ponía fin a cada una de las creaciones.