Navarra es una tierra única para saborear con calma. En Goshua nos gusta decir que es perfecta para conocer a través de las emociones. Y nos encanta presumir de nuestras raíces, porque nos han aportado lo mejor del pasado para enriquecer el presente.
Es en Navarra, en el corazón verde de la Ultzama, donde se esconde el alma de Goshua y es allí donde tenemos el privilegio de disfrutar de un lugar que ha sabido respetar la esencia de sus gentes, sus costumbres, su historia y su cultura en toda su diversidad.
Por eso, asumimos como propia la defensa de la vida rural y de la riqueza intangible que esta constituye.
Una de las claves de esta riqueza es compatibilizar la actividad humana con la preservación del entorno natural. En Navarra, se conservan razas autóctonas como las vacas betizu y pirenaica o la oveja latxa que, convertida en un icono, ha estado ligada a las zonas rurales y a la economía de un sinfín de familias.
En la actualidad, hay 228 explotaciones, de las que 218 son exclusivas de oveja latxa. Con cerca de 75.000 cabezas reproductoras en ordeño, estas granjas producen 5,5 millones de litros de leche. ¡Porque una sola latxa produce de 130 a 160 litros por lactación media!
Pero más allá de esto, la ganadería extensiva cumple con una importante misión ecológica. Al alimentarse de los pastos que hay en los montes, aprovecha recursos que, de otra manera, se perderían. Además, consigue limpiar los montes de una forma natural, colaborando de forma activa en la conservación de los paisajes navarros.
No es un lema, es una realidad. Fieles a nuestras creencias, en Goshua recolectamos la leche de nuestro entorno más cercano, en un radio de entre 10 y 60 kilómetros a la redonda. Un trabajo directo, de tú a tú, con ganaderos de la zona con quienes adquirimos un compromiso para apoyarlos en el mantenimiento de su modo de vida.
No solo eso. Esta elección de recurrir a las mejores materias primas respetando la proximidad es la que hace nos permite convertir la frescura de nuestros postres y yogures en nuestra seña de identidad. Esa es una de las claves del auténtico sabor Goshua. Porque elaboramos los postres y yogures en un plazo máximo de 48 horas desde la recolección de la leche.
A nivel humano, Goshua ha conservado también su carácter familiar. Por eso pone en el centro de todo a su equipo de trabajo, 60 personas que dejan su huella en cada receta. Familias y gentes de la zona, en su mayoría, entre los que se encuentran algunos trabajadores que llevan más de tres décadas dedicados a elaborar postres como los de antes y yogures premium con leche fresca del Pirineo.